
MAGALLANES, CRUCE DEL PACÍFICO Y LLEGADA A SAN LÁZARO (FILIPINAS).
Real Academia de la Mar.- 27 de abril de 2021.
Una de las etapas más largas de la expedición de Magallanes-Elcano, fue el cruce del Mar del Sur, que Magallanes inició el día 28 de noviembre de 1520, a la salida del hoy conocido como Estrecho de su nombre, y finalizó el 16 de marzo de 1521, a la llegada a las islas que bautizó de San Lázaro, y hoy son conocidas como Filipinas. Magallanes realizó el viaje con las tres naves que le quedaban: Trinidad, Victoria y Concepción, de las cinco con que había salido de Sanlúcar de Barrameda, ya que la Santiago se había perdido por naufragio en las costas de la Patagonia argentina, y la San Antonio había desertado en el Estrecho.
Fue un viaje muy largo, de 3 meses y 20 días, que los expedicionarios esperaban que fuese mucho más corto, al creer que las Molucas estaban en el Mar del Sur cerca de las costas del Continente Americano. El error se debía a que, en aquella época, estaba en vigor la geografía de Ptolomeo, que consideraba que la circunferencia de la Tierra era un 25 % menor de lo que en realidad es. Muchos años antes de Cristo, Eratóstenes había calculado que la circunferencia de la Tierra era de unos 40.000 km, puestos en medidas actuales, y había acertado. Tiempo después, Posidonio había llegado a la misma conclusión. Pero no se sabe si fue Posidonio, que reconsideró sus cálculos, o si fue Estrabón que hizo los suyos, la cuestión es que se dijo que la circunferencia de la tierra era de unos 30.000 km; 10.000 menos. Y esos fueron los datos que tomó Ptolomeo para su geografía y sus mapas. Por tal razón los expedicionarios no contaban con la gran extensión de aquel mar, que de este a oeste mide unos 20.000 km.
En el viaje por el Mar del Sur, que Magallanes bautizó Océano Pacífico a la vista de los vientos favorables que presentaba, teniendo en cuenta lo escrito por Francisco Albo en su famoso derrotero del viaje, las tres naos tuvieron que pasar a la altura de muchas islas que no vieron, por ser arrecifes coralinos que salían poco del agua, y porque las naos tenían un escaso horizonte. Entre las islas que no vieron estaban las de Juan Fernández y San Félix, entre las que seguramente pasaron. Solo divisaron dos, a las que bautizaron San Pablo y Tiburones, en las que no pudieron bajar por sus condiciones y características, por lo que las llamaron Islas Infortunadas.
Durante todo el viaje pasaron muchas calamidades por falta de agua y víveres, que fueron descritas por Pigafetta en su crónica. Una de ellas fue la aparición del escorbuto, que produjo muchas muertes, debido a la falta de vitamina “C” por no ingerir alimentos frescos durante mucho tiempo, y ver reducida su dieta a alimentos secos, sobre todo galleta. La vitamina “C” o ácido ascórbico, entre otras cosas da consistencia a las venas y a las arterias para aguantar la presión de la sangre. Y su falta ocasionaba la debilidad de los vasos sanguíneos, por lo que se producían muchas hemorragias internas, que causaban la muerte del paciente, si no recibía a tiempo una alimentación adecuada.
Para combatir el hambre, los hombres llegaron a comer ratas, por las que pagaron hasta medio ducado. También comieron serrín. E incluso, llegaron a comer trozos del cuero de vaca que revestía los palos para protegerlos. Para ello cortaban el cuero, que era duro como la suela de un zapato, en pequeños trozos que echaban en un cuenco lleno de agua del mar. El cuero absorbía el agua, se ponía algo esponjoso y blando, y entonces era preparado en el fogón, solo o rebozado en serrín.
Por otra parte, fue un viaje en el que vieron tiburones y otros animales marinos. Pero no vieron las extrañas y terribles bestias que desde tiempos muy antiguos citaban todas las crónicas, al hablar de viajes por mar a parajes lejanos. Con lo que quedó claro que aquellos extraños seres entran simples y puras invenciones del hombre, que unos habían copiado de otros.
El 6 de marzo de 1521, los expedicionarios llegaron a unas islas en las que los aborígenes, navegando con gran maestría en pequeños botes con una vela triangular y un tronco como estabilizador, robaban todo lo que podían. Motivo por el que bautizaron a aquellas islas como Islas de los Ladrones. Hoy son las islas Marianas: Guam, Rota y otras. Tras hacer aguada y cargar unos pocos víveres, al tercer día los expedicionarios abandonaron aquellas islas, arrumbaron al oeste, y el 16 de marzo llegaron a otras islas que llamaron de San lázaro; Villalobos, en 1542 las bautizó Filipinas en honor del rey Felipe, y con el tiempo, por fonética, cambiaron a Filipinas.
Al llegar a Filipinas, Magallanes ya estaba bastante cerca de las Molucas que eran el objetivo de su viaje, pero se metió en camisas de once varas, y el 27 de abril de 1521 falleció en el combate de Mactan, cuando intentaba castigar a su rebelde cacique Lapu-lapu. Aunque esta es otra historia.
Magallanes fue un gran líder, bastante controvertido, que logró convencer al rey Carlos I para poder organizar la expedición. Fue capaz de encontrar por el sur el paso de unión del Atlántico con el Pacífico, que es el actual Estrecho de Magallanes. Navegó con sus hombres por todo el Pacífico de este a oeste. Descubrió las Islas de los Ladrones o Marianas. Llegó a las Filipinas, y en gran parte es responsable de su cristianización. Pero allí dejó su vida.
Madrid, a 18 de abril de 2021

Marcelino González